Eddie Taylor: Bajo la sombra de Jimmy Reed

29-1-1923 Benoit, Mississippi; 25-12-1985, Chicago, Illinois) Su guitarra fue la fuer­za motriz que propulsó las grabaciones clásicas de Jimmy Reed para Vee-Jay en el período 1953-64, quince sesiones de graba­ción que contenían piezas seminales en la historia del R&B: «You don't have to go» (55), «Ain't that lovin' you» (56), «Honest I do» (57), «What you want me to do», todas Top 10 R&B. Pero Eddie era mucho más que un simple sideman. Can­tante emotivo y compositor competente, su estilo guitarrístico bebía tanto de la tradición down home del Delta como de la finura swing, desenvolviéndose sin dificultad en piezas abier­tamente funkeras, con flexibilidad, ductilidad y amplitud de miras. El punto flaco, su talón de Aquiles, hemos de situarlo fuera del entorno musical: de temperamento melancólico y carácter apacible, humilde a más no poder, introspectivo hasta bordear la neurosis, si hubiese poseído un punto de agresiva mala leche, su carrera en solitario habría discurrido pareja a la de John Lee Hooker o Muddy Waters, iguales suyos en cues­tión de talento y capacidad melómana innovadora.

Taylor nació y creció en el estado de la Magnolia, y desde muy chico frecuentó los sórdidos juke joints, escuchan do la música de bluesmen como Charley Patton, Son House, Robert Johnson... En 1936 consiguió su primera guitarra, la domesticó por sí mismo, y para 1943 ya tocaba en los shows callejeros de Beale Street, en Memphis, juntándose con apren dices locales como su amigo el armonicista Big Walter Horton (un carácter simétrico al suyo) o Joe Hill Louis. En 1949 se mudó a Chicago y se estableció como músico a jornada com pleta, tocando durante años el aire libre en Maxwell Street antes de poder actuar bajo techo en los clubs nocturnos. Poco a poco el combo de Taylor se convirtió en una atracción local, y la todopoderosa Vee-Jay le contrató tras previa audición. La paradoja surgió cuando el sello mostró su predilección por el lacónico, crudo estilo del guitarrista de apoyo, Jimmy Reed, y no tanto por el líder, Taylor.
Desde entonces sus roles quedarían intercambiados en cuanto a protagonismo, entrando de esta manera en la historia del R&B. Taylor sólo grabaría como líder dos años después, en 1955, aunque todas sus grabaciones en solitario quedaron supeditadas a las de Reed. Eddie, visto el percal, no dudó en pluriemplearse para pesos pesados como Muddy Walers, John Lee Hooker, Elmore James, Sunnyland Slim, John Brim, Homcsick James, Carey Bell y tantos otros. Durante una en­trevista a Living Blues, en 1975, no podía disimular la bilis que empapaba sus palabras: «Yo enseñé a Jimmy Reed a tocar la guitarra, el no sabía nada de nada, lo aprendió todo de mi. El estilo de Jimmy Reed es mi estilo, él no lo tenía. Yo lo ad­quirí a través de Charley Patton y Robert Johnson. Las sesio­nes de grabación no entrañaban dificultad, él sólo tenía que seguir mi ritmo. Le decía cuándo tenía que cantar, cuándo soplar su armónica o rasgar su guitarra. Cuando comenzó a beber, antes de muchos shows me lo encontraba borracho en los camerinos. Yo le di veintitantos años de mi vida, y todavía no soy nadie. Debería haberme separado de él mucho antes».
La carrera en solitario de Eddie Taylor podemos ras­trearla a través de huellas vinílicas y digitales. Lo primero es hacerse con una compilación de sus trabajos para Vee-Jay (55-64), como la europea «Ride'em On Down» (Charly; reeditada en la colección Blues Masterworks, vol. 35, como «Bad Boy»), o la japonesa «Big Town Playboy» (Yupiteru), ambas reco­giendo sus clásicos menores: «Bad boy», «You'll always have a home», «Big town playboy», «Ride'em down», documentos necesarios para comprender lo que vendría después: la furia westsider de Freddie King y Magic Sam. El siguiente CD a ojear es su coparticipación en la serie «Master Of Modern Blues» (Testament, 66) al lado del compadre Floyd Jones, que le permitió visitar Europa dentro de un paquete folk-blues.
El guitarrista proseguirá sus labores mercenarias has­ta sacar su primer LP oficial, «I Fcel So Bad» (Advent, 72: reeditado por llighlone Records). Con localización y músicos californianos (George Smith, Phillip Walker...), es una mezco­lanza acertada de ambientaciones acústicas del Delta e instru­mentales modernillos estilo funk-blues. En un segundo tour transatlántico, registrará el po­deroso «Ready For Eddie» (Big Beat-Edigsa, 72), cimentado con The Blueshounds, combo blues-rock británico, escancian­do poderosas versiones de «Crosscut saw», «Afler hours», «Sloopy drunk», o las personales «Playboy boogie», «Country boy», «Ready for Eddie...» conjuntando -sin eclipsarse mutuamente- la maestría negra con la fuerza bruta blanca.
Las décadas de los 70 y 80 las pasó trabajándose los clubs del West Side chicagüense a sueldo para Homesick James, Carey Bell y Jimmy Dawkins. Eso cuando no se embarcaba en giras allende los mares. En estos directos, como el recentísimo «Long Way From Home-Live ln Japan, 1977» (Blind Pig) o los bonus tracks capturados en un American Folk Blues Festi­val de 1980 en territorio germano e incluidos en «My Heart is Bleeding»(L&R-Evidence), vemos la personalidad de Taylor que más concuerda con sus raíces del Delta: arropado por for­maciones esquemáticas que despliegan intimismo bucólico y tirando de viejos standards de Robert Johnson, Elmore Jomes, Muddy Waters...
En los 80, poco antes de su fallecimiento, su carrera se revitalizaría con la edición de un par de LPs. Primero, con el citado set «Mi corazón esta sangrando», grabado en Chicago con capital teutón, un disco que bebe tanto del Chicago blues 50s como del paso al modernísimo soul, caso del instrumen­tal «Soul brothers» (puro Stax); y, segundo, con la compila­ción de los masters de Vee-Jay editada por Charly. Fue sólo un destello de un guitarrista al que su temperamento retraído im­pidió autopromocionarse con soltura. Resulta irónico, pero Eddie Taylor vendió más discos tras su muerte que en vida, como lo atestiguan los crepusculares y postumos «Bad Boy» de Wolf Records, disco mediocre donde le acompañan los Gents de Willie Kent, Johnnie B. Moore incluido, y el fiestorro en el Antone's de Austin con motivo de la celebración del décimo aniversario de la fundación del garito tejano, capturado en el vinilo «Still Not Ready For Eddie» (Antones, 85), donde le acompaña lo más granado de la escena clásica de Chicago y donde se enfrenta, en letales duelos guitarreros, con los espa­dachines Luther Tucker, Hubert Sumiin y Jimmy Rogers.
Taylor falleció la nochebuena del 85 debido a una sa­lud deteriorada por el alcohol, el tabaco, unos niveles de azú­car, líos en la sangre y un fatal infarto. Dos años después, se incluyó su nombre en el Hall Of Fame de la Fundación Blusera.
(P.C.)

4 comentarios:

CARLOS DÍEZ dijo...

Me ha gustado mucho el articulo. Felicitaciones. Es una lastima que ya tenga realizado un programa dedicado a la figura de este guitarrista porque hay datos en tu articulo que yo no he conseguido. Aún no he subido el programa al blog.
Un saludo desde Segovia y desde bluessyndicate.blogspot.com

. dijo...

Gracias por la visita y un abrazo Carlos.

;)

Anónimo dijo...

Estupendo artículo. Ultimamente he estadoun poco desconectado. Nos veremos más a menudo por aquí. Un abrazote mallorquín-griposo.

. dijo...

Hola Octavio, me alegra saludarte. Gracias por el mp3 y el resto.

Un abrazo.

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