Hace años tuve la ocasión de probar una Fernandes. Una guitarra eléctrica réplica exacta de la tradicional Fender stratocaster americana. A primera vista me llamó la atención la buena pinta que tenía. No era como las típicas imitaciones que siempre cojean de algún lado o tienen que tener alguna parte distinta para eludir los derechos, esta Fernandes era una réplica prácticamente exacta en su apariencia.
Después de probarla me quedé completamente atónito. El sonido era precioso, tan bueno o más que el de la propia Fender original. Intentando ser precisos me atrevería a decir que tenía un poco más de volumen de salida que la Fender y algo más de presencia en los armónicos.
Ya hacía años que tenía una Fender stratocaster americana así que conocía bastante bien lo que es esa guitarra. Cuando le pregunté a mi amigo por la guitarra me dijo que la había comprado de primera mano por un precio poco superior a la mitad de lo que valía la Fender por aquella época. Después de ir a preguntar a algunas tiendas vi que todo era exacto. Se podía conseguir fácilmente y el precio seguía manteniéndose en lo que me había comentado. La pena es que por aquella época solía estar sin blanca y aunque para alguien profano pueda parecer estúpido comprar la misma guitarra dos veces, lo cierto es que ya por entonces comenzaba a estar harto de estar cambiando constantemente de afinación para poder tocar con el slide aparte de que al tocar en afinación abierta de sol es más recomendable hacerlo con un juego de cuerdas de un calibre distinto.
Al poco tiempo probé en Madrid unas cuantas Fernandes más. Por aquella época estaban por todas partes. Creo que la tienda era Madrid Musical y allí pude quedarme ancho probando en una pequeña habitación una serie de telecaster Fernandes. Tenían también un sonido fantástico y ahora que lo estoy pensando me arrepiento de no haber conseguido alguna.
Más tarde me enteré que no era el único “espabilado” que se había dado cuenta de esto. Recuerdo incluso a Billy Corgan tocando con Fernandes y seguro que él tenía unas monedas para comprarse las guitarras originales en vez de las copias. Lamentablemente las Fernandes de hoy en día no tienen ese nivel de calidad, seguramente presionadas por Fender que no deberían de estar muy felices de ver que una réplica cuando menos tan buena como las originales se paseaba por ahí casi a mitad de precio.
Después de probarla me quedé completamente atónito. El sonido era precioso, tan bueno o más que el de la propia Fender original. Intentando ser precisos me atrevería a decir que tenía un poco más de volumen de salida que la Fender y algo más de presencia en los armónicos.
Ya hacía años que tenía una Fender stratocaster americana así que conocía bastante bien lo que es esa guitarra. Cuando le pregunté a mi amigo por la guitarra me dijo que la había comprado de primera mano por un precio poco superior a la mitad de lo que valía la Fender por aquella época. Después de ir a preguntar a algunas tiendas vi que todo era exacto. Se podía conseguir fácilmente y el precio seguía manteniéndose en lo que me había comentado. La pena es que por aquella época solía estar sin blanca y aunque para alguien profano pueda parecer estúpido comprar la misma guitarra dos veces, lo cierto es que ya por entonces comenzaba a estar harto de estar cambiando constantemente de afinación para poder tocar con el slide aparte de que al tocar en afinación abierta de sol es más recomendable hacerlo con un juego de cuerdas de un calibre distinto.
Al poco tiempo probé en Madrid unas cuantas Fernandes más. Por aquella época estaban por todas partes. Creo que la tienda era Madrid Musical y allí pude quedarme ancho probando en una pequeña habitación una serie de telecaster Fernandes. Tenían también un sonido fantástico y ahora que lo estoy pensando me arrepiento de no haber conseguido alguna.
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